martes, 20 de enero de 2009

Me sumo a las palabras de Sir-Hope. El Roto es, hoy por hoy, al menos para mí, el único pensador afilado que tenemos. Referente en un mundo que los ha perdido. Naúfrago en el océano de mediocridad que nos rodea. Si dedicaramos cada día un tiempo, por ejemplo algunas de las horas de la escuela a analizar cada una de sus viñetas, adentrándonos en ellas para llegar al fondo que late detrás de esos dibujos de tinta negra, seguro que eso que llamamos educar cobraría otra dimensión. Pero claro, la escuela está para otras cosas y aquello a lo que nos invita el Roto no entra en sus planes (de estudio). Pensar como único horizonte, pensar sobre la realidad y saber que nosotros somos parte de ella y que no podemos seguir creyendo que las pantallas (televisor, ordenador, cine, iPod...) nos protegen.

El Roto que nos hace un descosido en nuestra comodona existencia de ovejuelas que son el lobo. Aquí tienes algunos ejemplos de su pensamiento. Pero también puedes seguirlos diariamente, y gratis, en la Web de El País. Si quieres saber algo más sobre él puedes acudir a, cómo no, la Wikipedia. Antes, en otro tiempo en el que yo también era otro, el Roto se llamaba Ops. Ya entonces me perturbaban sus imágenes-argumentos. Qué mejor definición del pensamiento vivo: aquello que es capaz de perturbarnos. El Roto.

¿Y si planteáramos una actividad? Supongo que es difícil que salga adelante porque este blog sigue siendo la botella de los naúfragos en el mar de nadie. Pero que no sea por intentarlo. Invito a todas las personas que lo deseen que elijan una de las viñetas de El Roto que más les atraiga. Que se la bajen y la comenten y la relacionen con noticias de la vida de todos. Que coloquen la viñeta, su comentario y esas noticias en un archivo de Word o de Open Ofice y que nos lo envíen a la dirección de hotmail:

utkazucarera@hotmail.es

Con todas las que lleguen podremos organizar una exposición. Ah, y creo que, al menos yo, valoraré como trabajo educativo la de los alumnos y alumnas a las que les dé clase.

La sombra del Nómada

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