domingo, 11 de enero de 2009

La razón del fanático.







Resulta doloroso abrir los periódicos y observar que aún hoy en día la falta de cordura, de razón y de sentido común parezca tener un origen de propaganda político-religiosa. Terrorismos, nacionalismos, ateísmos (todos los “-ismos”, como denunciaba John Lennon en su Give Peace a Chance’), buscan generar opinión para movilizar cualquier causa; buscan adoctrinar como paso previo a la confrontación (tantas veces necesaria para conseguir sus fines.)

Los regímenes totalitarios han usado la propaganda de manera magistral para insuflar sus consignas a las gentes. Gentes, en su mayoría fáciles de manipular por sus condiciones económicas, sociales y culturales, sin capacidad para valorar por sí mismas si la información recibida se ajustaba a la realidad o tenía ciertos o todos sus matices sesgados.

Gracias a ella, a la propaganda, y a la posterior represión que la generalización de las ideas únicas conlleva, se han hecho ricos y poderosos regímenes políticos y confesiones religiosas o sectarias. No olvidemos que, en su ambición de poder, los extremismos, fanatismos y totalitarismos religiosos han hecho confundir la fe con la opulencia de estado.

Con la fuerza de la propaganda y del miedo a la represión antes mencionadas se han cometido los más graves crímenes contra la humanidad conocidos: el exterminio de las personas y la persecución y censura de las ideas.

La Historia está llena de ejemplos sangrantes: Séneca, Tomás Moro, Miguel Servet, y otros muchos murieron por pensar diferente, por avalar la iniciativa de la razón científica y filosófica que refutaba ciertos principios sagrados de la tradición imperante (¿imperiosa?) Los exterminios masivos de Ruanda, Sudáfrica, Bosnia, Argentina, Chile, Rumanía, China, Alemania y España, entre otros, se debieron (se deben en algunos casos) a la manipulación propagandística que pretende ocultar otras ideas que perturben el poder establecido.

El actual baño de sangre en Oriente Próximo, o la sensación de permanente conflicto en la sociedad española, no es fruto de la lógica razón de la convivencia humana, sino que tienen su raíz en las ansias de un poder político-religioso de carácter totalitario.

Desde nuestro humilde foro debemos fomentar el uso de la razón, de la fuerza librepensadora que debe imbuír la convivencia ciudadana. Sólo con actitudes abiertas a las opiniones de los vecinos, a la información proveniente de antiguas o nuevas teorías científicas y sociales, podremos generarnos una opinión crítica y de sincero respeto a los demás.

Esta razón debe ser la solución y no parte de un conflicto solamente necesario para quienes ven perder poder terrenal. ¿Habrán tenido alguna vez el espiritual?



Sir-Hope


Imagine there’s no Heaven
And no religion, too.
Imagine all the people
Living life in peace.


(John Lennon - Imagine)

No hay comentarios: