lunes, 20 de abril de 2009

NUESTRO "OTRO" MUNDO. (y VII)



Llega hoy, día Internacional de la Tierra, el fin de la historia y, para el bien de todos, todo continuará igual. Bueno, todo no. Hay un pueblo que aprende que la simbiosis con la naturaleza es garantía de futuro, y otro que comprende que presente y futuro deben compartir sus pensamientos e inquietudes por lo que invertirán mucho tiempo en educar a sus jóvenes.

¡Que la escuela nos brinde la oportunidad de entendernos y de convivir respetando el medio!

Sir-Hope
NUESTRO "OTRO" MUNDO

VII. Y así se hicieron las cosas. Sin embargo, no todo transcurrió según lo esperado. Nadie contaba con la reacción de aquel pueblo que, tras sentirse desamparado por la pérdida de sus armas, no perdió mucho tiempo en lamentarse. Sabían que aquéllas eran herramientas importantes, pero que los verdaderos útiles son las manos de los hombres, la capacidad para observar lo que nos rodea, y nuestro esfuerzo y tesón que nos ayuda a adaptarnos a las circunstancias más adversas.

Cuando los heraldos decidieron ponerse en contacto con ellos ya se las habían ingeniado para reconocer el terreno que les rodeaba y localizar los puntos por donde pudieran ser más fácilmente atacados; ya entendían cuáles eran las ramas más flexibles que les permitían entrelazarlas y elaborar cestas, techos, y alguna trampa para cazar animales grandes; ya habían construído una presa con la que acercaban agua del río a través de un canal y de unas balsas comunitarias;… Enseguida comprendieron cuáles eran las plantas y los frutos que mejor se adaptaban al terreno para ser cultivados y durante qué períodos del año la producción podría escasear.

Nunca nuestros heraldos habían tenido un trabajo tan inesperadamente sencillo. Casi al año de haber establecido relaciones con este nuevo pueblo, ya vivían en el Valle Alto como si de los antiguos habitantes se tratara. Sus líderes pronto se dieron cuenta de que si cuidaban la tierra y no introducían cambios bruscos en su ciclo vital, ella les daría todo lo que necesitaban (alimento, protección, refugio, compañía,…)

Y así llevan viviendo, generación tras generación, en amable colaboración con lo que les rodea, desde hace muchos, muchísimos años. Tantos que no creemos que recuerden que un día muy, muy lejano, sus antecesores llegaron hasta aquí sin que todavía sepamos de dónde, y que, sin pretenderlo, acabaron con el pueblo en el que finalmente se transformaron.

En cuanto a lo que se refiere a nuestro pueblo, nosotros también aprendimos mucho de toda esta historia. A pesar de que aparentemente nada ha cambiado en nuestras estructuras sociales, el Consejo de Ancianos cuenta con representantes de todos los colectivos para informarnos de las decisiones que vaya a tomar y consultarnos si algo no casa con nuestras expectativas. Es más, son especialmente cuidadosos con la formación de los jóvenes ya que saben que, llegado el momento, serán ellos quienes tomen las decisiones.

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