martes, 14 de abril de 2009

NUESTRO "OTRO" MUNDO. (III)


Una nueva entrega la una historia de convivencia armónica con la naturaleza, con el Planeta Tierra cuyo día internacional celebramos la semana que viene.

Este pueblo, como aquél gobernado por el Gran Jefe Seatle de quien leímos su carta al Presidente blanco que le ofreció dinero por las tierras, por la vida, por la cultura de su pueblo, no necesitaría de esta jornada de recuerdo. Hagamos nosotros también lo que esté en nuestras manos para que de aquí a unos siglos no sea necesaria esta conmemoración.

Sir-Hope

NUESTRO "OTRO" MUNDO.

III. El consejo de ancianos estaba desolado. Entendían que la desaparición de su pueblo estaba cercana, pero no comprendían por qué. ¿Acaso estos visitantes pretendían arrasarlo todo o, por el contrario, se daba la casualidad de que quienes se encontraban próximos a ellos sacaban lo peor de sí y generaban su autodestrucción? ¿Por qué resultaban devastadores si en ningún momento se habían enfrentado con la población autóctona?

Si tal era su destino, nada podían hacer para combatirlo. Pero ¿debían resignarse a huír? ¿Adónde iban a ir si su ser dependía de las tierras que abandonaban? No había elección: iban a desaparecer bien físicamente, como individuos, o bien colectivamente, como pueblo.

Ante tal sentimiento de impotencia al más anciano sólo se le ocurrió que quizá la juventud encontraría una solución. Sí, la juventud, pero no los niños que pasan los días jugueteando para aprender las normas básicas de relación social, sino aquellos que no dejan de observar lo que hacen sus mayores y tratan de racionalizarlo sin llegar a entenderlo. Quizá ellos, que confunden un mundo de ensueño con la realidad sean capaces de hallar una fórmula alocada que a todos nos genere ilusión y que pueda reconvertirse, a través de la seriedad del adulto, en la varita mágica que frene el avance mortal del visitante.

Quienes le escuchaban se quedaron perplejos. No podían dar crédito a lo que oían. ¿Cómo seguir las fantasiosas pretensiones de quienes no conocen la realidad que les circunda? Pero por el contrario, no había otra elección. Por ello convocaron también a los adolescentes, les contaron sus preocupaciones y las desgraciadas soluciones adoptadas por sus pueblos vecinos y les pidieron que en el transcurso de tres días, y habiendo reflexionado sobre la información que les había sido aportada, dieran cuenta de manera razonada de las soluciones que ellos tomarían. ¿Habrá alguno que dé con la llave de nuestra supervivencia?

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Constancia e ilusión? No sé qué desenlace imaginarán los lectores para esta historia, pero el autor merece un aplauso por su perseverancia. Aupa chiquillo.

Anónimo dijo...

¿Un autor en busca de lectores? ¿O tal vez la demostración de que en la escuela sólo importa lo que va a examen? Bien por Sir-Ope

Anónimo dijo...

No hay nada de qué extrañarse en un blog educativo cuando en la escuela real hay tanto maestro en busca de discípulos, o tanta palabra a la caza de oídos despiertos...

Sir-Hope